April 16, 2017

Soto de la Fuente



Fincas -

Antiguedad - 14 de octubre de 1888

Antecedentes

Formó esta ganadería don Domingo Varela con ganado de distintas procedencias, entre ellas reses de los Gallardos, de El Puerto de Santa María, y del Marqués de Ulloa, de Utrera, heredándola su viuda que la vendió a don Juan de Dios Romero. Posteriormente fue adquirida por don Ángel González Nandín y por don José Clemente Rivera. En 1902 la adquirió don Antonio López Plata y, posteriormente, se anunció a nombre de su viuda, doña Concepción Soto. En 1944 se hizo cargo de la ganadería un sobrino de doña Concepción, don José María Soto de la Fuente. En 1974 fue vendida a la Sociedad “Soto de Luis”, adoptando para el anuncio en carteles el nombre de ganadería de “Soto de la Fuente”. En 1988 se adquirieron de don Ángel y don Juan Antonio Sampedro un lote de vacas y un semental, ganadería ésta creada con reses de Juan Pedro Domecq.

ENCASTE JUAN PEDRO DOMECQ DÍEZ

El fundador de esta estirpe de ganaderos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua a Manuel Martín Alonso quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes. Domecq y Núñez de Villavicencio debutó con una novillada en 1931 en la plaza de Cádiz. La primera ocasión que lidia en Las Ventas fue precisamente en la corrida de inauguración.

Pero la historia de este encaste circula por buen camino desde el principio, Juan Pedro hace caso de las recomendaciones que Ramón Mora Figueroa le dio con buen tino, por lo que adquirió al Conde de la Corte cuatro sementales: Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero y dos puntas de vacas entre 1930 y 1931.

Tras el fallecimiento en 1937 de Juan Pedro Domecq se encarga de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez. Tanto sus compañeros ganaderos como analistas y toreros han declarado que creó un encaste propio, depurando y mejorando el concepto bravura. Dio paso a una nueva definición de bravura, desde que sale el toro de toriles hasta que muere, lo que él denominó “bravura integral”.

Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras son buenas, tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados). El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y la papada no es muy desarrollada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños, tostados; los jaboneros y ensabanados aparecen por la influencia de la casta Vazqueña, algo que en el último lustro podemos ver con más asiduidad. Entre las particularidades complementarias está el listón, chorreado, jirón, salpicado, burraco, gargantillo, ojo de perdiz, bociblanco y albardado, entre otros.

En cuanto al comportamiento, este encaste conserva la cualidad ir a más. Se arranca pronto y lo hace galopando con alegría y fijeza en los trastos de torear. Dado que el legado de Juan Pedro Domecq y Díez terminó en 1975, algunos de los ganaderos que le compraron ganado han conseguido desarrollar un tipo de toro con características físicas y de comportamiento diferentes según la personalidad de cada criador.

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3 novillos

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