Fincas - San Salvador, Puerto Moral (Huelva); El Encinar, Zufre (Huelva) y Soto Gutiérrez Ciempozuelos (Madrid)
Anitguedad - 12 de noviembre de 1882
Antecedentes
La forma en 1944 don José María Hernández Pla con vacas y sementales de don Bernardo Escudero Bueno procedentes de Albaserrada. En 1955 pasa a sus herederos que añaden un semental de Samuel Hermanos. En 1957, uno de los tres lotes en que se divide la ganadería, pasa a su hija doña Teresa Hernández Cabazón, quien la vende en 1959 a don Gabriel Hernández Pla que añade un lote de vacas y un semental de don Samuel Flores. En 1968 adquirió un lote de vacas y un semental de doña Francisca Sancho, viuda de Arribas y ese mismo año, por fallecimiento de don Gabriel, pasa a anunciarse a nombre de sus herederos. En 1969 eliminan todo lo anterior y adquieren un lote de vacas y un semental de don Joaquín Buendía. En 1974 se sustituye el hierro por el que había tenido su abuelo don Esteban Hernández. En 2000, la ganadería es adquirida por la sociedad “Horsebull, S.L” que, conservando hierro, señal y divisa, la anuncia “Hernández Pla” conservando la misma procedencia.
ENCASTE SANTA COLOMA
Esta sangre de bravo fue formada en 1905 por el Conde de Santa Coloma a partir de dos sangres de Vistahermosa, la de Saltillo y la de Ibarra.
La ganadería de Saltillo, que pasaría en 1918 a Félix Moreno Ardanuy, es origen de la mayoría de vacadas mexicanas y de otras como la de Albaserrada, en la que predominó esta sangre sobre la ibarreña.
La ganadería de Ibarra se vendió en dos lotes, uno fue a manos de Fernando Parladé y otro, en 1904, a Manuel Fernández Peña, a quien, un año después, compró el Conde de Santa Coloma. Con clara influencia predominante de esta sangre nacieron ganaderías como las de Coquilla (1916) y la de Graciliano Pérez-Tabernero (1924)
El Conde de Santa Coloma llevó las dos sangres por separado y, al tiempo, mantuvo una línea en la que se cruzaron ambas procedencias. Mientras los toros de origen Ibarra, con mayoría de pelos negros son más hondos, con más morrillo y más suaves en las embestidas, los de Saltillo son de pelos cárdenos, degollados de papada, más finos de cabos y más temperamentales en las embestidas. La mezcla de ambas sangres dio origen a uno de los grandes encastes del siglo veinte que fue depurado por la familia Buendía, al comprar en 1932 toda la vacada de Santa Coloma y el hierro original.
Las características específicas del ejemplar de Santa Coloma, en su derivación Buendía, hacen muy difícil su presencia en corridas de toros para plazas de primera si se quiere mantener el tipo original del encaste. No fue este el caso durante muy buena parte del siglo anterior, cuando los santacolomas eran pieza imprescindible de los grandes triunfos, como los conseguidos por Pepe Luis Vázquez, Luis Miguel Dominguín, José María Manzanares o Paquirri. Pero, probablemente, fue Paco Camino la figura del toreo que mayor predilección demostró por este encaste.
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6 bulls, 1 ear
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