(from the Hotel Eslava Facebook page, 10-09-15)
Phil Ward, el tío de Matthew Peter Tassio, a su paso por Pamplona haciendo el Camino de Santiago.
"He llorado en Pamplona", reconoce Phil Ward. Camina por la ciudad como cualquier otro peregrino en ruta hacia Santiago. Es un hombre corpulento, de claro aspecto extranjero que observa con fruición cómo los pamploneses comen y beben en los muchos bares del recorrido del encierro. Hace 20 años, en su casa de Madison (Wisconsin) recibía de madrugrada la noticia de que su querido sobrino Matthew había muerto en una extraña ciudad española por la cornada de un toro.
Con 69 años ha despedido ya a algunos de sus mejores amigos. "Uno murió de cáncer y otro de un ataque al corazón. Me decidí entonces a venir a España para conocer Pamplona y hacer el camino de Santiago", resume sobre el motivo principal de su viaje desde estados Unidos. Viaja solo y pretende tomarse los kilómetros con calma. "Tengo todo el mes de octubre para llegar hasta Santiago y a Finisterre", relata con la pausa de quien engullirá el Camino de Santiago saboreando cada momento.
En Pamplona acompañamos a Phil Ward en un paseo por el recorrido del encierro en sentido inverso. Hace justo 10 años su hijo Tom, hoy ya un importante abogado, también visitó Pamplona con la misma misión: conocer el lugar donde murió su primo.
Matthew Peter Tasio, de 22 años y de Chicago, murió el 13 de julio de los Sanfermines de 1995 corneador por el toro Castellano de la ganadería de Torrestrella. Todo ocurrió en la plaza del Ayuntamiento, cuando el joven cayó al suelo y, al tratar de levantarse, el toro colorado lo embistió en el pecho. La muerte fue prácticamente instantánea y su noticia recorrió el mundo. Fue el primer mozo extranjero que moría en las calles de Pamplona. Hoy en día sigue siendo el único norteamericano que ha fallecido en un encierro de San Fermín.
"Cada año, cuando llega la época de los encierros, las televisiones norteamericanas aún siguen sacando las imágenes de lo ocurrido. En casa apagamos resignados la tele", cuenta Phil Ward. 20 años después, el impactante momento de la cornada de Peter Tassio sigue teniendo hueco en los medios norteamericanos. Los encierro tienen tirón en USA, donde la cadena NBC se hizo con los derechos para emitir las imágenes de las carreras pamplonesas.
Phil Ward sonríe al comprobar la estatua de Hemingway junto a la plaza de toros. Conoce perfectamente la historia, el recorrido del libro Fiesta y el impulso que para Pamplona y San Fermín supuso la publicación del premio Nobel. "¿Cuánta gente viene a Pamplona en San Fermín?", pregunta queriendo tener rápidas respuestas sobre la ciudad. "He leído que sólo hay 200.000 habitantes, la ciudad es pequeña, pero muy acogedora y la gente muy sonriente y amable", mantiene. En Pamplona se hospeda en un céntrico hotel, una especie de privilegio para alguien que piensa dormir cada noche en los albergues del camino. "Esta era una parada especial. Voy a estar un día completo sin caminar para conocerla de cerca", asume.
Junto a la bajada de Javier una tienda de recuerdos de la ciudad expone seis toros de lidia completamente disecados. Ward los observa con una mezcla de respeto y rencor. Ni siquiera quiere fotografiarse junto a ellos. "No es agradable cuando pienso en Matthew", matiza. El tío del corredor fallecido rememora con cariño los años de juventud de su sobrino y la ilusión con la que programó su viaje por Europa. "Entiendo perfectamente que corriera el encierro. Era joven, vivía su vida y quiso conocer y probar lo que era experimentar aquello. Todos tenemos en nuestra vida esos momentos de riesgo y peligro".
Ward no acierta a comprender cómo tanta gente puede caber en la plaza consistorial durante el Chupinazo cuando se encuentra frente a la fachada. Le explicamos que justo junto al lugar donde su sobrino cayó herido de muerte un poste del encierro recuerda a los corredores fallecidos. Es el momento de la emoción, del recuerdo. Del silencio y el respeto.
Unos metros más abajo, en Santo Domingo, el tío de Peter Tassio encuentra el consuelo de San Fermín en su hornacina. "He visitado la iglesia y he visto al Santo. No sabía que antes de cada encierro los mozos le cantaban y le rezaban para que todo salga bien. Es una hermosa tradición que viene de lejos y que forma parte de Pamplona. Es algo triste para nuestra familia, pero es muy importante mantenerla para esta ciudad".
Ward volverá en unas semanas a Estados Unidos, aunque va contando por Facebook a su familia lo que encuentra en su camino. "Los padres de Matthew están bien, pero nunca superaron lo ocurrido. Fue algo tremendo perder así a un hijo y es un hueco en el corazón imposible de recomponer".
Un saludo.
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