Después, en los últimos dos astados, llegó el momento de quien hasta ayer era el niño torero, y hoy es el novillero más joven del mundo: Marco Pérez con sus 15 años pero con la seriedad de un torero hecho y derecho, y caló hondo en el público de Aguascalientes.
La naturalidad que ha sorprendido a todos al torear con el capote, con la muleta, el desparpajo propio de un niño, la sencillez nata de su personalidad, todo lo ratificó Marco, sólo que al haberlo hecho de luces se magnificó, incluso el coraje que hizo cuando no pudo matar al de su debut que terminó yéndosele vivo, pese a que había dejado una estocada en todo lo alto y entera, aunque sí, tendida.
Marco se metió por un burladero de aviso y mientras caminaba por el callejón rumbo al de matadores, el público se ponía otra vez de pie para aplaudirle cariñosamente. Fue por ello y por el apoyo moral de su “tutor dentro del ruedo”, el maestro Manzanares quien nunca se separó de él en un detallazo de esos que tiene siempre José Mari, que salió a su segundo que fue soso.
La gente no se había movido de sus asientos y fue entonces cuando la empresa le regaló un astado con el que volvió a conseguir momentos que arrancaron el olé del público cuando se puso a torear por bajo, adornarse con simpáticos remates sin olvidar sus muletazos de mano baja y acompañados con la cintura. Volvió a pinchar y tener que descabellar, sin embargo le aplaudieron la vuelta al ruedo. Lo de Marco no será una anécdota, es el inicio de una carrera que se va a cuajar pues este jovencito tiene todo para figurar, afición, emoción, carácter y pasión.
Ya el público estaba calientito con la faena de Gilio en el cuarto toro, bravo y serio, con el que el lagunero, que también debutaba, estuvo muy torero. Su faena tuvo sustento, variedad y cuando se pudo, temple. Mató bien y le concedieron dos orejas, aunque luego devolvió una, dando muestras de su honestidad. Mismas condiciones que Gilio había mostrado en su primero que además de bravura tuvo calidad, pero al que pinchó. Es Arturo una de las firmes promesas del toreo mexicano, llamado a ser una figura.
Reapareció Manzanares en esta tierra y lo hizo con esa elegancia y personalidad que, sin darse tanto a desear, convence al público que emite olés sonoros en cada uno de sus muletazos. Al primero que tuvo buen estilo lo cuidó toreándole a media altura, y su segundo que tuvo más motor, le permitió ejecutar muletazos de mejor trazo que al final le dejaron estructurar una faena que valoraron los aficionados. La mejor noticia es que José Mari quiere venir a México a torear más durante el invierno. Ojalá porque es un torero hecho para aquí.
https://www.mundotoro.com/noticia/asi-fue-el-debut-de-luces-de-marco-perez-en-aguascalientes/1688709
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