PROPIETARIO
Edificaciones Tifán S.L.
REPRESENTANTE
D. Fidel San Román Morán
SEÑAL
Horquilla en ambas
FINCAS
Robledo de los Osillos, Los Yébenes (Toledo); El Rostro, Alcoba de los Montes (Ciudad Real)
PROCEDENCIA
Juan Pedro Domecq Solís
ANTIGÜEDAD
17/05/1996
ANTECEDENTES
La formó don Luis da Gamma en 1885 con hembras y sementales de la de don Joaquín Murube y, hasta 1904, incrementó la ganadería con varios sementales del mismo origen. En 1911 fue comprada por don Antonio Pérez Tabernero, quien la cruzó con sementales de Parladé, aumentándola en 1919 con un lote de vacas de y un semental de don Luis Gamero Cívico y, en 1920, con un lote de hembras de la viuda de Tamarón. Al fallecimiento de don Antonio, su hija, doña Amelia Pérez-Tabernero Montalvo, adquirió la ganadería de doña Isabel Rosa González Martín y, tras eliminar las reses de esta adquisición, varió el hierro y la formó con el lote que le correspondió por herencia de la ganadería de su padre. En 1985 fue adquirida por don Domingo Hernández, quien vendió el hierro en 1992 a don Francisco Medina. Éste varió el hierro y formó la ganadería con un lote de 150 vacas y cuatro sementales de don Juan Pedro Domecq Solís. En 2005 fue adquirida por su actual propietario, quien varió el diseño del hierro por el actual y conservó el mismo ganado.
ENCASTE
El fundador de esta estirpe de ganaderos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua a Manuel Martín Alonso, quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes. Juan Pedro hizo caso de las recomendaciones que le dio el también ganadero Ramón Mora Figueroa y entre 1930 y 1931 adquirió al Conde de la Corte cuatro sementales, Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero, así como dos puntas de vacas. Tras el fallecimiento del fundador, en 1937, se encargó de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez, quien añadió reses de Mora Figueroa, con sangre Conde de la Corte y García Pedrajas, ambas de origen Parladé. Todos los especialistas consideran que el señor Domecq Díez consiguió crear un encaste propio, depurando y mejorando el concepto de bravura.
Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados). El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y no tanto la papada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños y tostados. Pueden aparecer los jaboneros y ensabanados por la influencia de la casta vazqueña. En cuanto al comportamiento, este encaste conserva la cualidad de ir a más. Se arranca pronto y lo hace galopando, con alegría y fijeza en los trastos de torear.
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