July 28, 2019

Juan Pedro Domecq




Fincas - Lo Álvaro, Castillo de las Guardas (Sevilla)

Antiguedad - 2 de agosto de 1790

Antecedentes

Ganadería adquirida en 1835 por los Duques de Osuna y Veragua, quedando en 1849 como único propietario el Duque de Veragua, don Pedro Alcántara Colón, y a la muerte de éste en 1866 su hijo don Cristóbal Colón de la Cerda. En 1910 pasó a su hijo don Cristóbal Colón y Aguilera, de igual título, y éste la vende en 1927 a don Manuel Martín Alonso.

En 1930 la adquiere don Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio que la incrementa con dos lotes de eralas y cuatro sementales del Conde de la Corte. Desde 1937 se anuncia "Hijos de don Juan Pedro Domecq", estando bajo la dirección de don Juan Pedro Domecq y Díez, aumentándola con reses de la ganadería de don Ramón Mora Figueroa procedente de don Francisco Correa y García Pedrajas, a las que había añadido sementales del Conde de la Corte y Gamero Cívico. A su vez, don Juan Pedro vende todo lo puro de Veragua y la mayor parte del cruce Veragua-Conde de la Corte, de la que sólo quedan algunas vacas excepcionales. En 1939 se adquieren más hembras del Conde de la Corte. En 1975, a la muerte de don Juan Pedro Domecq y Díez, heredan su esposa e hijos, pasando en 1978 el hierro original y una parte de las reses a su hijo don Juan Pedro Domecq Solís. A la muerte de éste, en 2011, pasó la ganadería a su hijo Juan Pedro Domecq Morenés.

ENCASTE JUAN PEDRO DOMECQ SOLÍS

El fundador de esta estirpe de ganaderos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua a Manuel Martín Alonso quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes.

Juan Pedro hizo caso de las recomendaciones que le dio el también ganadero Ramón Mora Figueroa y entre 1930 y 1931adquirió al Conde de la Corte cuatro sementales: Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero y dos puntas de vacas.

Tras el fallecimiento del fundador en 1937 se encargó de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez. Tanto sus compañeros ganaderos como analistas y toreros han declarado que creó un encaste propio, depurando y mejorando el concepto de bravura.

Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados). El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y no tanto la papada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños, tostados; los jaboneros y ensabanados aparecen por la reminiscencia de la casta Vazqueña.

En cuanto al comportamiento, este encaste conserva la cualidad ir a más. Se arranca pronto y lo hace galopando con alegría y fijeza en los trastos de torear. Dado que el legado de Juan Pedro Domecq y Díez terminó en 1975, algunos de los ganaderos que le compraron ganado han conseguido desarrollar un tipo de toro con características físicas y de comportamiento diferentes según la personalidad de cada criador.

En 1978 el hierro, divisa y una porción del ganado pasó a su hijo, Juan Pedro Domecq Solís, quien añadió reses de la ganadería de su tío, Salvador Domecq. Desde 2011 se hizo cargo de la ganadería Juan Pedro Domecq Morenés, tras el fallecimiento en accidente de su padre, Juan Pedro Domecq Solís.

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