May 21, 2021

El capote de paseo


 por Jaime Montoya Escamilla

“En el patio de cuadrillas se está formando el grupo de toreros para dar inicio al festejo”. Ya han rezado en la capilla y cada uno de los que “partirán plaza”, está reconcentrado en sí mismo, intentando superar su miedo y afrontar su responsabilidad”.

Es el momento de “liarse” el capote de paseo (colocarlo sobre el hombro izquierdo) es un auténtico ritual, un ceremonial breve, pero no por ello poco suntuoso; de mucha intimidad, recogimiento y ensimismamiento de los que visten de luces; es el momento de colocarlo en su sitio.

Por lo general al matador, figura principal de la cuadrilla se acostumbra y es tradición que sea el Apoderado (quien lleva su representación y poderes) quién le asista o ayude, en caso de que éste se encuentre ocupado en otros menesteres, será el peón de confianza quien le ayude; su encargo principal consistirá en que la esclavina o pliegue externo, como reborde del capote descanse sobre los hombros del torero y la figura o imagen quede bien colocada al centro de la espalda y luego, cuidará, apoyándose con ambas manos de planchar todo el capote sobre espalda y torso, evitando que se formen arrugas o pliegues.

Después de ello, cruzará los dos bordes de forma triangular por delante del cuerpo, ayudando al matador para ir recogiendo con ambas manos estos extremos y formar con ellos un aparente nudo o “anudado”, que sostendrá firmemente con la mano izquierda, descargando en este esfuerzo por sostenerlo, toda la tensión del momento porque el nerviosismo está al máximo. Los subalternos de a pie (incluyendo a los puntilleros), suelen acomodarse ellos mismos el capotillo o asistirse entre ellos.

El brazo y mano derecha quedaran libres, para poder santiguarse, al momento que suenan parches y metales, tocando el “toque de cuadrillas” que señala que ha llegado el momento tan esperado y siempre angustiante a la vez que anhelado: la hora del paseíllo que permitirá dar inicio a la corrida.

Dicha prenda se usa únicamente con fines ornamentales y tiene un peso aproximado de 3 kilogramos; tiene la misma forma que el capote de brega, pero es más lujoso (su costo variaba hace unos cinco años entre los 2,000 y los 6,000 euros, dependiendo del trabajo), es más ligero y de menor tamaño (que el de brega), por lo general suele ser de seda, bordado en oro y lentejuelas, adornado con galones.

Predominan en su diseño dos estilos: uno a base de figuras geométricas o bien jarrones y ramos de flores y/o palmas; y los que llevan en su parte central una imagen religiosa, prefiriendo muchos a la Virgen Dolorosa, y en nuestro caso, México, una Guadalupana o un Divino Rostro, un Señor del Gran Poder, o a la Virgen d la Macarena.

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