Portugal guarda en sus tierras verdaderas joyas genéticas. Muchas de ellas, pertenecientes a la raíz Ibarra-Parladé.
Encastes clásicos portugueses como Pinto Barreiros, Gamero Cívico o Conde de la Corte, siguen presentes en tierras lusas.
La de Lauro Fernándes de Castro porta sangre Atanasio por absorción, con toques arcaicos de Parladé y Conde de la Corte.
Curioso y llamativo el pelaje de este torazo número 51 lidiado en Orthez en el año 2014, casi retinto, tostado, con pitones veletos y astifinos, negruzcos desde la pala. Hechuras arcaicas, Parladeñas, de lo oriundo y profundo del campo bravo portugués, donde el toro serio e íntegro es santo y seña.
Fotos Christian Lamoulie
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