July 18th, 2010 |
(federaciontaurinavallodolid.com 7-19-14)
Ayer se cumplieron cuatro años desde que se abrieron las puertas de la Plaza de toros de Toro, una vez restaurada, recompuesta y espléndida en su sencillez, logrando que sea denominada Bien de Interés Cultural de primer orden en la ciudad de doña Elvira. Muchas personas, pero especialmente los miembros del Grupo de gobierno de la Corporación Municipal de entonces, presidido por el alcalde Jesús Sedano Pérez, tuvieron la visión, la fortuna, la iniciativa y la honra de ser protagonistas de primer orden en la recuperación de aquel sitio, particular entonces, y hoy integrado en la relación de bienes públicos con que cuenta la ciudad de Toro.
Desde que brindara en el centro del ruedo, no hace tanto tiempo, el genial escritor y premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa, manifestando su orgullo y alegría ante la pervivencia de la fiesta de toros y la profunda restauración propia de otra época que muestra en su sencilla grandeza cómo era el entramado de la fiesta y el recinto en que se exponía cara a los espectadores, la Plaza de toros de Toro tiene en sí misma una impronta, un sello, una marca indeleble de promoción singular, fomento, apoyo y divulgación de la tan popular fiesta de toros de España.
Ver toros en este recinto da una magia, un encanto y un interés especial, retrotrayendo al espectador a otra época, revitalizando vivencias, generando un bien inmaterial en cuantos asisten en sus tendidos a ver y presenciar el juego eterno del hombre con el toro bravo, que completa los que se dan en otros sitios como Ronda, la Maestranza o las Ventas.
Ayer mismo se cumplieron cuatro años desde que sus puertas se abrieron para todos con un festejo extraordinario de reapertura en el que Morante, Leandro y Cayetano lidiaron una corrida de Jandilla. Y si hoy lamentamos la desaparición de la plaza de toros Monumental de Barcelona y el proyecto extraño, avasallador, inicuo y arbitrario para reconvertirla en una mezquita, aquí está la plaza de toros de Toro en su sabor más profundo, un canto a la Tauromaquia y a su gloria, hoy día el monumento de la localidad más visitado por el público turista junto a su egregia Colegiata de la Mayor.
Cuatro años después, la Plaza de toros de Toro luce hermosa, grandiosa, espectacular, sencillamente de otro tiempo en el que las relaciones humanas tenían mucho más de solidarias y afectivas que el desprecio por tantas cosas consideradas inmutables ayer.
Toro es el símbolo, es el anagrama, es la divisa del orgullo por la Fiesta y lo es por méritos propios.
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(Video of the renovation of the plaza.)
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